ALBARTE
COMUNICACIÓN
Los sábados por la mañana,
después de ver el partido de los chicos, me gusta volver andando desde el campo y aprovechar para comprar pan. A los chicos les gusta quedarse un rato con sus amigos comentando el pésimo arbitraje en su enésima derrota.
Cuando estoy volviendo con mis dos barras de pan poco tostadas bajo mi brazo, en mitad del camino de la última cuesta que desemboca en mi casa, me cruzo con un padre que va con sus dos hijos pequeños manteniendo una animada conversación.
El niño camina adelantado y la niña va de la mano con su padre mientras chuperretea un chupete.
Me llama la atención, la miro, me mira y con su dulce vocecita, suave como una nube llena de inocencia en un cielo azul de la mano de una enorme sonrisa en su diminuta cara, me dedica un “Hola” que me alegra el día.
Yo la respondo con el mismo lenguaje, un hola y una sonrisa que no se me quita en toda la mañana.
Así de fácil, una sonrisa ha sido suficiente.
Eso es la comunicación.
Emocionar.
Es imposible que una sonrisa así no sea suficiente.
A ti también te lo ha parecido, ¿verdad?
Si es así, hablamos el mismo lenguaje y podemos entendernos. Completa el formulario y nos ponemos en contacto contigo.
Si no ha sido suficiente, entonces, espero que tengas un buen día.